Nota Especial: El cine slasher y entrevista a Carlos Galettini sobre su film Charly, días de sangre (1990)

El slasher: Definición

Comenzaremos explicando qué es el cine slasher. Se trata de un subgénero del cine de terror en donde prima la violencia gráfica y explícita, mostrándonos a un asesino en serie que mata a sus víctimas, en su mayoría jóvenes, por venganza. Por lo general, los personajes son tontos y quieren solamente pasar un rato tomando cerveza y consumiendo drogas, mientras tienen relaciones sexuales. Se encuentran lejos de los adultos o bien estos son unos inútiles, en especial los comisarios y sheriffs, que nunca se toman nada en serio. También, tenemos a la famosa “chica final” o “final girl” en inglés, que normalmente es la más pura y angelical, además de ser virgen y esto hace que su ingenio logre acabar con el villano de turno.

Los comienzos

El cine al que hacemos mención tiene como punto de origen el teatro, más precisamente a finales del siglo XIX en París, especialmente en Théatre Libre, donde se adaptaban los crímenes que salían en el periódico.

La película francesa de Georges Franju “Les yeux sans visage”, 1960, en la que un cirujano asesina chicas jóvenes y les arranca la cara con la intención de devolverle la belleza a su hija; fue una inspiración para Carpenter, que tomó como referencia la máscara para darle vida al personaje de Michael Myers en su film “Halloween”, 1978.

Una de las influencias se da a la vez en “Psicosis” (Alfred Hitchcock, 1960), donde somos cómplices del asesinato cometido por Norman Bates, al mirar éste por un agujero en la pared, un poco parecido esto a la escena en la que Myers asesina a su hermana y lo vemos a través de los ojos del asesino.

Por otra parte, en “Viernes 13” (1980), sucede que la madre de Jason asesina en nombre de su hijo, algo similar a “Psicosis” pero con los roles invertidos.

Además, se puede encontrar el tema de lo moral, Marion al robar el dinero, tiene que morir, al hacer algo que es incorrecto moralmente como el robo o el hurto; y no nos olvidemos de su encuentro con su novio de forma fugaz antes de ir al trabajo. Esto mismo se podrá ver más adelante en numerosos films donde el sexo y lo incorrecto es castigado con la muerte. Por ejemplo, en “Prom Night” (1980), un juego un tanto macabro sale mal al comienzo de la cinta y años después, un asesino se encarga de enmendar ese error matando uno por uno a los responsables.

Norman asesina disfrazado, algo muy común en los slashers, donde el asesino se pone una máscara o algo que tenga que ver con la ocasión, es el caso por ejemplo de “To All a Goodnight” (1980), en donde el criminal se viste de Santa Claus porque sucede todo en navidad.

Otro caso muy importante es el de “Peeping Tom” (1960), donde nos podemos encontrar con el uso del punto de vista subjetivo del asesino, algo que veremos más adelante en numerosos films.

El giallo italiano

En Italia en los años 70 principalmente, surgió este subgénero, que su traducción sería “amarillo” ya que sus films estaban basados en libros de tapa color amarillo, cuya violencia roza lo morboso y es planteado en largas secuencias. A diferencia del slasher, las víctimas no son adolescentes sino adultos. El asesino no mostraba su identidad, la ocultaba a menudo con una máscara, y podíamos enterarnos al final de la cinta quién era el que cometía los crímenes.

Sus principales directores fueron Mario Bava y su “La muchacha que sabía demasiado”, 1963, y “Bahía de sangre”, 1971 (principal influencia para “Viernes 13”); y Dario Argento, entre otros.

Algunos ejemplos

En “La matanza de Texas”, 1974, podemos observar algunos de los elementos o tópicos que veremos luego en este tipo de cine, como por ejemplo, unos chicos en una zona rural y descampada, fuera de su zona de confort y al acecho; y la chica final, en este caso Marilyn Burns, quien logra escapar luego de numerosas torturas, pero sin vencer esta vez a los asesinos.

En “Navidad sangrienta”, 1974, un loco llama a una fraternidad universitaria y dice cosas obscenas, algo que luego pasaría en numerosos films como en “Un extraño llama”, 1979.

Entrevista a Galettini

Como complemento a la nota, a continuación viene una entrevista a Carlos Galettini, actualmente presidente ejecutivo de DAC (Directores Argentinos Cinematográficos) y director de culto dentro del cine argentino con obras como “Extermineitors”, “Bañeros”, “Las locuras del extraterrestre”, entre otras. La que nos ocupa ahora es “Charly, días de sangre”, 1990, filmada directamente para video, un slasher nacional.

Muy amablemente y entusiasta, Galettini me recibió en su oficina dentro de DAC, y me ofreció un refrigerio. Tuvimos una charla muy amena, donde nos quedamos hablando alrededor de una hora y media. Me contó de ésta y de otras películas que realizó en toda su carrera, aunque a falta de espacio y porque la nota lo requiere, tendré que resumir, ciñéndome a lo que nos ocupa.

Con Carlos Galettini en su oficina dentro de DAC

A continuación, la entrevista:

- ¿Si tuviera que explicar con sus palabras de qué trata la película, qué me diría?

En principio te cuento que es una película de hace casi 29 años, los recuerdos un poco se me esconden. En realidad, era una película de género. La idea más que mía es del productor, que era Argentina Sono Film, donde yo había filmado “Los bañeros”, “Los extermineitors”, etc. Es una idea que estaba pensada para el VHS, no estaba pensado para estrenar en cine. Sono Film se caracterizó siempre de hacer de los grandes éxitos exteriores, una réplica a veces con humor y a veces en serio. En este caso era un remedo de Freddy Krueger, en donde tenía que haber un poco de humor. Había que no copiar, porque era otra historia, pero mas o menos con todos los elementos del slasher. Fue más un encargo.

- ¿Tiene algún slasher favorito?

A mi me gusta el cine de terror. En ese momento era justamente Freddy Krueger, que a mi me hacía reír mucho, como creo que a mucha gente también. Además, en los films de terror para que el espectador saque afuera los sentimientos que siente cuando se sorprende, ya que hay que sorprender para golpearlo al espectador, el humor un poco distiende y lo hace reír como diciendo “bueno, esta es una película, que no te agarre esa sensación de que está detrás tuyo, que viene a agarrarte”. En este caso, era alguien que se había quemado y que se transformaba, era medio a lo Freddy Krueger, medio rara la historia, de ciencia ficción.

- ¿Por qué no siguió dirigiendo películas de terror?

Porque era un encargo de ellos. La idea era seguir con el mismo autor una serie, pero después no siguió Sono Film. Iba a ser Charly nuevamente el protagonista. Seguramente hablamos algo. Cuando son películas de encargo, de pronto son ideas del productor.

- Si bien Adrián Suar asegura que el primer film que produjo es Comodines, algunos dicen que fue esta su primer película como productor. Teniendo en cuenta que se filmó en una quinta de un amigo de Suar, ¿qué hay de verdad en todo esto?

No es así. Él era actor. Como anécdota, cuando venía algún proveedor, siempre le preguntaba: “che como es este asunto, es por canje?”, estaba aprendiendo como era ser productor. Él fue contratado para hacer esa película y se divirtió mucho. Tendría 20, 21 joven, venía de Pelito.

- ¿Participó en el guión del film? O le hubiera gustado participar?

No. Me hubiera gustado, en realidad uno después se hace el guión de acuerdo a las circunstancias, y con dos días tenés que adaptarte, no podés salir de ahí. Sucede todo ahí, por eso la hicimos en dos días.

- ¿Puede ser que pensaron en La matanza de Texas al principio con la furgoneta?

Puede ser, cuando uno crea son ideas que surgen en ese momento. Es una película que yo quise mucho porque era divertida.

- ¿Cuál es su escena favorita?

A mi me gustó mucho cuando Suar le ponen la cabeza contra los vidrios de la ventana y la cara que puso Suar.

- ¿Cómo lograron la escena del gato?

Te digo como se hace. Había que dormirlo con una inyección. Fijate vos, yo vi Kagemusha, la sombra del guerrero, una película de Akira Kurosawa. Al final, hay unos caballos que se mueven y se les da una inyección también para volverlos tontos.

- ¿Le gustaría verla editada en DVD o remasterizada?

Sí, claro que me gustaría. Primero que yo no soy el dueño, el productor es el dueño y el dueño supongo que ya hizo su negocio. A mi me gustaría porque se cobran derechos de autor. Además, no está mal por ser una película que yo no transitaba ese género, es divertida, por lo menos yo me río.

- ¿A quién se le ocurrió la frase “Amo la maldad, odio los malvados”?

Posiblemente sea de Norman Briski, él era un loco lindo, sigue siendo un loco lindo. La escena que está en el baño y le sigue hablando está inventado, lo inventé yo. Yo trabajo mucho con los actores, y Briski era un genio para el humor también.

- ¿Qué se siente haber rodado una de las pocas películas de terror argentinas o por lo menos de ese momento?

Eso fue en ese momento. En la comisión directiva tenemos a Daniel de la Vega que es un especialista en este género y las hace muy bien. Yo en todas las películas que hice aprendí algo, eso es muy bueno. Aquí aprendí como vos podes sorprender al espectador.

- ¿Cuáles fueron las principales complicaciones al rodar en video?

No, al revés, mucho más fácil. Porque vos de pronto no necesitás luz.

- ¿De quién fue la idea del afiche, que se parece bastante al de “Pesadilla 2, la venganza de Freddy”?

Eso de la producción. En Argentina Sono Film estaba Carlos Mentasti, que era el productor a cargo. Él siempre que empezábamos una película a la semana ya tenía el afiche. Como Corman, que en esa época venía a rodar películas a Argentina. Carlitos era muy creativo.

- ¿Qué le pasaba a Norman Briski al final de la película con los gestos que hace?

Él es muy especial. Es totalmente improvisado, te la trae y vos la aceptás o no, pero a mí me parecía que estaba bien.

- ¿Hace mucho que no ve la película?

Puff, la tengo en casa.

- Muchas gracias.

Qué lindo, mirá todo lo que salió de Charly! (emocionado) Qué lo parió! Cuando quieras venite y hablamos de nuevo.

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